Quien diría...

Como personas, las familias educadoras vivimos una alternativa poco común. Un estilo de vida "raro" y mayormente desconocido en los países de habla hispana.

Desconectados de toda la onda de materialismo que afecta a sus contrapartes en la escuela, nuestros hijos visten y usan lo que realmente les gusta y refleja su personalidad, sin importar si no es lo que esta en boga.

Una vida sencilla y sin ostentosidades por elección (para poder financiar nuestras mayor prioridad: la educación familiar) nos separa tambien de la mayoría, cuyo propósito es mayormente vivir con más comodidades y bienes.

Estando entre una minoría, las familias educadoras buscamos informar y dar visibilidad a nuestro estilo de vida proponiéndolo como una opción válida, y recomendable para aquellos quienes consideran la educación contínua, uno de los primordiales legados familiares.

Como minoría, nuestros amigos en la opinión pública y tendencia mayoritaria no son muchos. Las escuelas, docentes y demás instituciones educativas formales nos consideran contrarios, y ven nuestros esfuerzos como desfavorables a los suyos. Otros padres nos ven con recelo, algunos familiares con preocupación, la población en general no tiene siquiera una idea de que existimos.
Pero...con todo esto, al parecer las familias educadoras hemos encontrado un insospechado aliado en las Compañías Telefónicas (aquí hay una interesante lectura), que están poniendo todo su esfuerzo en conectarnos a todos aquellos a quienes nos interesa aprender, a la nueva "bibliteca de Alejandría", LA INTERNET.
Al alcance de cada hogar, de cada familia, de cada hijo llegan toda clase de recursos educativos. (Irónicamente ¿No era éste el propósito para el que fué creado el sistema público de educación?)