Pues últimamente con muchísimo que hacer en la casa por lo que me ha sido imposible escribir ordenadamente. Estamos sacando las decoraciones para la Navidad, hemos estado un poco enfermos todos y pasando malas noches (con malas mañanas), tengo algunas traducciones pendientes que no he podido terminar y estoy ayudando a un par de familias educadoras con las clases de Español de sus hijos cada 15 días que requieren de mi parte un poco de preparación previa. Mi escritorio tiene una pila de papeles y cosas que tengo que atender;YA. ¡Uuufff!
Los niños quieren hacer mil cosas, Sarah se está preparando para una presentación de Navidad, lo que significan viajes frecuentes a las prácticas. Caleb, ni quiero hablar del tema. Tan solo diré que esta pasando por un tiempo difícil tratandose de ajustar a sus sentimientos.
¿El esposo? Tratando de hacerme sonreir cuando entra por la puerta y me ve con un niño en la espalda y el otro babeando en mi falda. Tengo que decir que estoy de lo más sorprendida con la manera en que mi esposo ha ido cambiando con cada uno de nuestros hijos. Ha pasado de ser un espectador, a ensuciarse las manos en el campo de batalla sin necesidad de que yo se lo pida. Aquí está, cambiando pañales como un experto. Nótese como en la cabeza tiene los pantalones del niño para captar su atención y poder cambiarlo ya que no le gusta quedarse quieto.
PD. ¿Ya se fijaron? En el menú al final de la página agregué una bitácora de un papá que cuenta sus experiencias con su primera hija; "Pobre Papá"
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Yo siempre me he preguntado cómo podéis siquiera sacar tiempo las familias con dos o más hijos, sobre todo al educarlos en casa, si con uno ya me cuesta. Y no digo tiempo para un ocio difícil, sino sólo para cosas simples como leer, o escribir al ordenador o pensar en uno mismo.
Sois mis héroes.
Adelante y que la Fuerza os acompañe.
Un gran beso a los padres y madres.
Maria.